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lunes, 11 de agosto de 2014

* SANDY MADERA SE PERFILA A SER CAMPEÓN DE BATEO DE LA LMB‏


México, D.F. 9 de agosto.- Desde la década de los ochenta, ningún equipo de la Liga Mexicana de Beisbol se da el lujo de ostentar a dos campeones de bateo en años consecutivos. Esta vez, Pericos de Puebla, con Luis Mauricio Suárez (2013) y Sandy Madera (2014), puede consumar la hazaña.
Precisamente un equipo poblano fue el último en presumir a dos peloteros que conquistaran el título de bateo, espalda con espalda. Willie Aikens (1986) y Orlando Sánchez (1987) lo hicieron con los desaparecidos Ángeles Negros, de la familia Pérez Avellá.
“Para la organización de Puebla sería muy bonito porque su nombre va a quedar en la historia, y también para mi persona. El año pasado fue Luis Mauricio y ahora se puede dar el mío (campeonato de bateo), yo sigo trabajando día a día para mantenerme”, comenta el dominicano Madera, quien este sábado, a falta de cinco juegos para la conclusión del rol regular, promedia .405.
Aikens y Sánchez consumaron sus cetros con promedio arriba de .400, el primero con un histórico y hasta ahora irrompible .454, y el segundo con .415.
Suárez se convirtió en el primer mexicano, desde Alfonso Nieto (1937), en alzar el gallardete de bateo arriba de la cifra mágica (.413), por lo que nuevamente se puede repetir que los dos ganadores del título lo hagan con promedios por encima de las 400 milésimas.
“No, no he estado pensando en eso (batear arriba de .400). Si eso pasa, amén, y si no también. Salgo a divertirme y a dar el 100 por ciento en el terreno de juego. Sobre los resultados no tengo el control”, apunta Madera, quien vive su cuarto año en la LMB y viste su cuarta franela, tras pasar por Saltillo, Yucatán y Monterrey.
Sandy, cuarto en el orden de los Pericos, analiza que ser bateador designado es un arma de doble filo: “Hay jugadores que si fallamos un turno nos lo llevamos encima, y si juegas defensa te olvidas de eso. No está fácil batear y sentarte y luego volver a batear y volver a sentarte”.
Previo al Juego de Estrellas, su promedio fue de .366, tras la pausa del mismo, batea para .451. De hecho, desde el 23 de julio, coquetea de manera intermitente con el .400.
“Le doy gracias a Dios por los logros que me da día a día, por mi esfuerzo y mi trabajo; pero no estoy pensando en eso, sino en cómo el equipo de Pericos se levantó y estamos jugando, que ya estamos dentro del playoff, que es lo que se quería”, subraya sobre la novena verde, que pelea por quedarse con el primer lugar de la Zona Sur.
Madera se alista para alzar el gallardete de bateo con el mejor equipo del circuito en dicho rubro, pues de manera colectiva Puebla batea para .324, con un lineup de alto calibre en el que se barajan los nombres de Ángel Berroa, Alberto Carreón, Jon del Campo, Luis Mauricio Suárez, Valentín Gámez, Willy Taveras y César Tapia, entre otros, quienes están arriba de .300.
Claro Duany, en los cuarenta; Alfred Pinkston, en los sesenta; Vinicio García y Héctor Espino también en los sesenta; Lawrence Fritz y Víctor Davalillo en los setenta, así como Robert Smith y Ricardo Durán en los ochenta, ayudaron a equipos como Monterrey, Diablos Rojos, Veracruz, Aguascalientes y Ciudad Juárez, a presumir campeones de bateo en años consecutivos, hazañas memorables.

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