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domingo, 24 de mayo de 2015

* EL SALÓN DE LA FAMA DE DIABLOS ROJOS DEL MÉXICO TIENE CINCO NUEVOS INMORTALES


México, D.F. 18 de mayo.- El Salón de la Fama de Diablos Rojos tiene a cinco nuevos miembros flamantes, quienes a lo largo de su paso por el equipo le han dado lustre a los colores de la organización más ganadora del deporte profesional en México.
Desde ahora, los jugadores Alonso Perry, Ramón Arano, Daniel Fernández, José Luis ‘Borrego’ Sandoval, así como el directivo Pedro Mayorquín, hombre clave en la oficina escarlata, fueron inmortalizados en una ceremonia de altas descargas emotivas.
Perry es uno de los íconos del equipo, quien brilló intensamente en la década de los 50. Aunque sólo jugó cinco campañas con los Diablos, su calidad quedó de manifiesto. En 1956 fue uno de los pilares de la conquista del primer título escarlata, bajo el mando del legendario manager Lázaro Salazar.
En ese mismo año cumplió la hazaña de ganar la Triple Corona de Bateo con promedio de .392, 118 carreras producidas y 28 cuadrangulares; pero no sólo eso, sino que también comandó los departamentos de hits, dobles, triples y carreras anotadas, algo hasta ahora insólito en cualquier liga de beisbol profesional. Su paso por el club se sintetiza en poder, contacto y velocidad.
Ramón Arano, el famoso ‘Tres Patines’, un hombre récord dentro del beisbol mexicano, fue un lanzador fuera de serie. Su brazo fue clave en los campeonatos de 1964 y 1968, así como en 1981.
Si algo se le reconoce al carismático veracruzano es su longevidad en los diamantes, además de las imborrables actuaciones ante Indios de Cleveland y Yanquis de Nueva York, novenas ligamayoristas a las que derrotó. Incluso se dio el lujo de recetarle un par de chocolates al legendario número siete de los neoyorquinos, Mickey Mantle. Con los escarlata tuvo cinco campañas de 15 o más victorias.
Daniel Fernández, un símbolo del equipo, un hombre de velocidad vertiginosa, poseedor de un juego desequilibrante y aguerrido, lo mismo en la pradera central que al correr sobre los senderos, así como un excelente bateador, caracterizado por ser un formidable chocador de pelota, también forma ya parte de la gloria escarlata.
En 2003 llegó a 20 campañas seguidas como jardinero central de los rojos. Entre su larga lista de récords, destaca la de ser el máximo anotador no sólo de la franela roja, sino de la Liga Mexicana con 1,837 veces que pisó la registradora. El ‘Pequeño Gigante’ de Ciudad Cardel, Veracruz es el quinto en el listado de más hits conectados en todos los tiempos en el circuito con 2,648. Lidera al equipo en juegos, 2,209; veces al bat, 8,209; carreras anotadas, 1,791; hits 2,582; triples, 109; y bases robadas, 461.
Fue factor importantísimo en ocho de los 16 títulos de la organización, siete de ellos como jugador y uno más como manager, pues en 2008, año de su estreno como piloto, condujo al equipo al gallardete.
José Luis ‘Borrego’ Sandoval, poseedor de manos privilegiadas, pero sobre todo de una gran intuición para colocarse con antelación hacia donde salieran los batazos es, sin duda, el mejor parador en corto de todos los tiempos del circuito. Su explosividad en las piernas, alcance y brazo lo convirtieron en un baluarte defensivo. Con el bat también fue un gran jugador, ostenta cuatro campañas de más 20 de jonrones y más de 80 producidas (1991, 1992, 2000 y 2003). Con El México conquistó cinco campeonatos, en el 2003 dio el batazo de la victoria y en el 2008 fue el Jugador Más Valioso.
Pedro Mayorquín, una pieza clave desde la oficina, ha vivido 14 de los 16 campeonatos de la organización, el primero de ellos fue el de 1968. Son 50 años de estar en el club escarlata y de aportar su talento detrás del escritorio. Es uno de los hombres que, sin estar dentro del diamante, se ha puesto la franela de los Diablos Rojos hasta llevarla tatuada en la piel.
Cada uno de los entronizados recibió una camisola con su número retirado, Perry, el 7; Arano, el 10 –entregada a su hija Carolina Arano–; Fernández, el 11; Sandoval, el 3, y el Sr. Mayorquín el número 50, en alusión a sus cinco décadas que suma como parte de la organización. Todos los entronizados se hicieron acreedores a un cheque de 100 mil pesos.
Los encargados de llevar a cabo la entrega de las camisolas, los cheques y una pieza artesanal oaxaqueña fueron el C.P. Alfredo Harp Helú, presidente del Consejo de Administración de los Diablos Rojos del México, el Lic. Roberto Mansur Galán, presidente ejecutivo del club, y la actriz Marjorie de Sousa, madrina del equipo en la actual campaña.
Estos nuevos entronizados se suman a los de la clase 2005, integrada por: Benjamín ‘Cananea’ Reyes, Ramón ‘El Diablo’ Montoya, Alfredo ‘Zurdo’ Ortiz, ‘El Cachorro’ Abelardo Vega, ‘El Almirante’ Nelson Barrera, el ingenioso cronista Oscar ‘El Rápido’ Esquivel y el Lic. Roberto Mansur Galán.

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